La nueva comisión, que tomó los estribos a mediados de este año, está trabajando a destajo para que el Club Náutico vuelva a tener el paisaje natural y atractivo que lo caracterizaba. Parte de esas labores es evitar que los intrusos ingresen en los horarios que permanece con sus puertas cerradas. Este fin de semana se dejó sentada la tranquera ubicada a unos 3 kilómetros del predio.

La idea siempre estuvo en mente de los integrantes de la comisión, aunque su concreción se dilató más de la cuenta. Primero debieron contar con a aprobación de los poderes Ejecutivo y Legislativo de la ciudad. Posteriormente se armó con paciencia el gigante de hierro y se montaron dos estructuras de cemento a los costados para sostenerla.

La tranquera está situada a unos 3 mil metros del ingreso principal, justamente el lugar donde se había producido un triste suceso de vandalismo a mediados del mes pasado. Sus impulsores celebraron este paso y lo consideraron esencial para mantener el orden en el lugar.

Por otra parte, es eminente el comienzo de la reconstrucción de la zona de sanitarios. Recientemente, una empresa local de construcciones donó materiales y también llegaron bolsas de cemento.