La historia de María Antonia Gauna parece sacada de una película al mejor estilo Hollywood, sin embargo es totalmente real y conmovedora. En 2008 fue condenada por un crimen que no cometió, pero la causa dio un giro y fue puesta en libertad a finales de 2016. Luego de años de padecimiento está rehaciendo su vida y no descansa en su lucha por condenar al verdadero asesino de su ex esposo.

La viuda de Omar Bartolelli está resicidiendo actualmente en su Corrientes natal y gracias al apoyo recibido por colegas, ex alumnos y padres pudo retomar su trabajo como docente. "Estoy recuperando mi dignidad. Aunque esto es tan sólo una parte del todo. Todavía estoy luchando para que me devuelvan mis pertenencias", aseguró ella misma en diálogo con CasildaPlus.com.

Según pudo detallar Gauna, el Juzgado de Sentencia Nº 7 le niega la restitución de algunos bienes que le fueron quitados luego de que fuera injustamente condenada por el homicidio de Bartolelli. Su casa y su título de profesional, entre otras cosas, fueron colocados bajo depósito judicial a nombre de su cuñada y ahora nadie parece dispuesto a darle una respuesta concreta. "Hoy en día no tengo ni una foto de mi casamiento. Son varios los pedidos que hice pero no voy a bajar los brazos. Sólo reclamo lo que me pertenece", insistió.

Unos años de haber contraído matrimonio, María Antonia Gauna había solicitado el traslado desde la Escuela Nº 651, de Corrientes, hacia una dependencia de Santa Fe. Ese permiso le fue concedido en el 2005, cuando ya se encontrada retenida por la justicia. Pasó mucha agua bajo el puente para que finalmente volviera a ponerse un guardapolvos y se reencontrara en un aula junto a niños que para ella son "lo más puro que tiene la vida".

Desde el 29 de septiembre del 2017, la docente de nivel primario se desempeña en un nuevo establecimiento. En este caso, la Escuela Nº 656 de Sauce, su localidad de nacimiento. La formadora asegura que el apoyo que recibió de todos sus seres queridos fue fundamental para seguir de pie.