Cuevitas es Cuevazo. Gran parte de las aspiraciones de Belgrano en las finales del Clausura se basan en la velocidad, la potencia y el poder del gol que incorporó el rápido atacante que juega su segunda temporada en la mitad azul de Arequito. Desde hace un par de semanas, arrastra una molestia pero el cuerpo técnico lo cuida para que pueda actuar en la revancha.

Leo sufrió un sobrestiramiento del aductor izquierdo en la segunda semifinal del Clausura, jugada en el Polideportivo de Alumni. En el primer tiempo, salió a correr una bola larga y chocó con Mauricio Guzmán. El arquero Alazán arrastró involuntariamente su pierna, y de allí en más, le apareció una pequeña distensión muscular.

Está claro que la lesión no le impide jugar pero tampoco está al 100% de sus posibilidades físicas. En la semana se entrena liviano, hace tratamientos kinésicos y evita los cambios de dirección bruscos para no exigir el músculo.   

Incluso, en una jugada de la primera final en el Nuevo Charquito, Cuevas sintió una sensación similar a la que tuvo en el Poli hace 10 días pero su predisposición y las respuestas que encontró rápidamente en su pierna, lo dejaron tranquilo para seguir complicando a la defensa rival.

De cara al domingo, el cuerpo técnico de Chiquito González lo va a preservar, dado que es el hombre de mayor valía del ataque de Belgrano. El futbolista no siente dolor en el día a día pero en vistas de lo que hay en juego, no es cuestión de tomar riesgos innecesarios.