No hay necesidad de jugar con la suerte ajena ni de interrumpir la tranquilidad de quienes integran el cuartel de Bomberos Voluntarios de la ciudad con llamadas sin destino. Este viernes ocurrió nuevamente, llamaron y el incendio nunca existió.

Quienes en ese momento escucharon la sirena acudieron rápidamente a la sede donde hacen base los bomberos. Personal de guardia tenía todo listo y al arribo del resto marcaron en busca de un foco en calle Pescio al 3000, pero era mentira.

Varias direcciones indicadas, ausencia de fuego en los lugares mencionados, dieron cuenta que una vez más se trataba de una broma de muy mal gusto. Durante este año ocurrió otras ocasiones y quienes idean esto parecen no pensar en lo que realmente provocan.

Quienes de casualidad se encuentran circulando por Casilda cuando el sonido del cuartel se hace oír, nota la desesperación de los bomberos por llegar lo más rápido posible. Poniendo en riesgo su vida, abandonando su lugar de trabajo y visitando domicilios en vano, generando gastos y descontentos.

Si bien no siempre esto se puede controlar, la falta de educación y de coherencia ante algunas situaciones como estas, demuestra la falta de empatía ante situaciones extremas como estas. En nombre de la ciudad, perdón Bomberos.