Una persona que fue a denunciar un hecho de robo a pocas cuadras de la Jefatura local se encontró con una sorpresa mayúscula. La puerta estaba cerrada y tuvo que esperar varios minutos antes que alguien le pudiera tomar declaración. Para colmo, la inspección ocular que realizaron los uniformados no habría sido del todo clara.

El ataque contra el joven se produjo el domingo cerca de las 3 en la esquina de 1º de mayo y Mendoza. Dos hombres lo abordaron, le pusieron una botella rota en la cabeza y lo obligaron a entregarle dinero en efectivo y un teléfono celular. 

Como se encontraba cerca de la comisaría fue hasta allí para denunciar el hecho. Pero no encontró a nadie. Recién después de unos 15 minutos, y de un llamado al 911, alguien habría arribado para socorrerlo y tomarle declaración.

La justicia está investigando para esclarecer el delito y determinar responsabilidades administrativas de los funcionarios de guardia. PDI y Policía Científica secuestraron cámaras de la Jefatura y las inmediaciones para corroborar la inspección ocultar que habrían realizado los efectivos que intervinieron.