El día 34 fue el tan esperado por los empleados de IARSA. Luego de más de un mes de incertidumbre recibieron los aportes correspondientes a la primera quincena de noviembre y respiraron aliviados. Como contrapartida, en Marani SA no hubo depósito en las cuentas y aparentemente todo culminaría con una reunión en el Ministerio de Trabajo de Santa Fe.

Los miembros de la Unión Obrera Metalúrgica seccional Casilda, intercedieron en ambos casos para tratar de buscar una solución. Aunque la respuesta no fue la misma para quienes estaban de paro. En el caso de los 16 empleados de IARSA se canceló el pago retrasado de las primeras dos semanas de noviembre el martes por la tarde. Pese a que ya se venció la segunda parte del penúltimo mes del año, se aceptó retomar las labores a partir de este miércoles.

Distinta suerte corrieron los 23 trabajadores que se desempeñan en Marani SA. Justamente, quienes habían abandonado sus tareas de rutina el martes a media mañana. La medida de fuerza se prolongará y hasta se anunció una audiencia en el Ministerio de Trabajo de la Provincia.

Más allá de que ayer se abrió una pequeña luz de esperanza, la realidad es crítica para el sector. La casi nula actividad que tienen las fábricas se ve reflejada no sólo en los retrasos de las cadenas de pago, sino que también en la reducción de horas de trabajo.