El dato se desprende un relevamiento realizado por la Agencia de Prevención de la Violencia con Armas de Fuego. Según las estadísticas que se manejan, en el 2018 fue la última licitación para adquirir balas correspondientes a armas 9 milímetros. El cargamento que se repartió en toda la bota fue de un millón. Hoy en día sólo quedan poco más del 10% de esos elementos.

Lautaro Sappietro, titular de la mencionada agencia, dialogó con Radio Casilda y sostuvo:"Tenemos que indagar acerca del proceso de gasto. Saber si fue correcto. Por la verdad que desde que asumimos nos encontramos con una falta de protocolo sobre como se asignan las municiones, se reparten y se distribuyen". El promedio de los últimos 28 meses indica que se utilizan unos 1032 cartuchos por día.

Dentro de las dependencias que reciben este tipo de cargamentos se contabilizan las 19 Unidades Regional, las 16 Direcciones Generales y los Institutos de Seguridad Pública. Las dos posibilidades de utilización de municiones son: en cursos oficiales -no prácticas- y en enfrentamientos armados. 

El mercado negro de armas

Por otra parte, Sappietro se refirió a los procedimientos en el territorio santafesino que culminan con secuestro de armas de fuego. En lo que va del 2020 ya se sacaron de circulación unos 2190 artefactos provenientes del mercado ilegal. La mayoría en Rosario y Santa Fe.

Desde la Agencia de Prevención de la Violencia con Armas de Fuego se trabaja con dos premisas claras, achicar el mercado ilegal de armas y desarrollar un control institucional. En palabras del mismo funcionario. En ese sentido, contó que existen 'puntos ciegos' dentro del estado que permiten filtraciones. Además, es un negocio muy asociado y que trabaja en paralelo a la proliferación del narcotráfico.

En los secuestros que se llevan adelante desde el estado santafesino se han hallado en su mayoría armas cortas y largas. Aunque también un 15% pertenecen a aquellas de fabricación casera, conocidas popularmente como 'tumberas'.