El pasado 19 de julio, Ramón. M, ex árbitro de fútbol en la región, fue detenido después de ser acusado de cometer abusos sexuales contra sus hijastras y su hija menor de edad. Al día siguiente, tras la audiencia imputativa celebrada en el Ministerio Público de la Acusación, el Juez Eduardo Filocco determinó la prisión preventiva por 90 días para el hombre de 55 años. Este martes, la Jueza Mariel Minetti resolvió extender por 30 días más la prisión preventiva.

La denuncia de la Fiscal Marianela Luna cayó en manos de Minetti, quien en julio se ausentó por estar en feria. El otro cambio de roles en la causa es que ahora al acusado lo defiende un abogado particular. Anteriormente lo representó la defensora pública María Soledad Carrozza, y en esta oportunidad se presentó el doctor Enrique Sirio.

Fiscalía solicitó una prisión preventiva de 40 días, a lo que la defensa contrarrestó manifestando que el acusado lleva 90 días detenido y aún no se han recolectado pruebas suficientes para incriminarlo. Sirio pidió por la libertad de su defendido para que el mismo se presente en su trabajo ya que es sostén de familia.

La Jueza no dio lugar a esto último pero instó a la Fiscalía a llevar adelante una serie de medidas. Entre ellas, la Fiscal Luna deberá observar una carta presuntamente escrita por la menor de las hijas en la cual aduciría arrepentimiento. 

Cabe destacar que en su momento, Luna entrevistó a sus hijastras, hoy mayores, para solicitar la prisión preventiva sin plazo para este hombre. Dichos testimonios se sumaron al aportado por su hija biológica de 13 años, quien fue interrogada por la psicóloga de policía en una cámara Gesell. A Ramón M. se lo acusa de cometer abuso sexual con acceso carnal calificado sobre la menor, abuso sexual con acceso carnal agravado sobre una hijastra que hoy tiene 23 años, y abuso sexual gravemente ultrajante para otra de sus hijastras, de 20 años.

A la denuncia que la menor registró acompañada de sus hermanas en la comisaría de la mujer, continuaron entrevistas con la psicóloga de la Policía de Investigaciones y la trabajadora social de la Fiscalía. Más tarde, el doctor Raúl Rodríguez realizó un informe forense en el que constató un desgarro y marcas de abuso en la menor de vieja data. Esas secuelas se condicen con los abusos que habría sufrido cuando la niña tenía entre 7 y 8 años.