El socialismo santafesino está frente a algunas encrucijadas que esconden dilemas políticos y electorales profundos. El tan mencionado frente de frentes para derrotar al peronismo que empuña la oposición santafesina ya tomó color en el radicalismo y el PRO, pero al socialismo aún lo hace dudar.

Primero es preciso señalar el marco en el que está sumergido el partido de la rosa. Con Miguel Lifschitz liderando no había que pensar. Sea en el Frente Progresista u otro ámbito más amplio, el exgobernador encabezaría la fórmula para 2023 y nada más que hablar. Pero su muerte desajustó todo, dejó huérfano al socialismo y le sacó poder electoral.

Desde entonces se evidencia que no hay un ordenador común, ya sea líder o proyecto, que encamine al espacio. Por eso la idea de un frente de frentes en el que el radicalismo ya metió primera, los deja un poco retrasados ​​y a merced de decisiones de peso.

En primer lugar, abandonar el Frente Progresista, el sello que lo llevó al poder en 2007 durante 12 años, para armar algo nuevo. En segundo término, y quizás lo más complicado, es con quién armar. El PRO siempre fue un límite para la mayoría de los dirigentes, pero ahora con el macrismo en baja en Santa Fe, ¿seguirá siendo indeclinable esa postura? Parece que no.

El radicalismo, que es quien se envalentona después de ganar las elecciones intermedias no sería un obstáculo ya que hace años que se juntaron para formar parte del frente. La fórmula cambió y ahora tiene más poder la UCR, desde donde repiten que a sus exsocios no le da la nafta para ir solos a competir. Que se corten solos es algo que tampoco les conviene a los radicales.

Lo que quieren decir es que el difunto escenario de tercios santafesino complicó la escena para el socialismo que siempre buscó ponerse por arriba de la polarización en Santa Fe. Hoy esa grieta entró con todo y, a la vez, el socialismo restó competitividad.

La grieta también forma parte de la discusión interna en el partido de la rosa. Hay posiciones que son proclives a la posibilidad de sumarse a un frente amplio, otros que aún dicen que no. "Estoy a favor de un frente con identidad política, superador de este gobierno provincial, pero advertimos que los rejuntes terminaron mal", sostuvo en radio Eme de Santa Fe, el diputado provincial socialista Joaquín Blanco.

Algunos socialistas entienden que sumarse a un hipotético frente con su poder de fuego actual puede someterlos ante otros espacios, sobre todo el radicalismo. Otros directamente no los convence la idea, más allá de que no logren el éxito solos. Hasta se encuentra una cuestión de orgullo por haber sido gobierno durante 12 años. Eso es la resistencia. Pero también existen los que ven como una alternativa de permanecer con poder el hecho de aliarse. 

En esa sintonía de no definirse inmediatamente -como quiere el radicalismo- está Clara García, quien sacó un 13% en la competencia al Senado nacional. Esa línea pide fortalecerse como partido antes que cederle todo a un frente del que no están convencidos de formar parte. Lo cierto es que la “avenida del medio” tiene sus límites y más para una elección a gobernador. ¿Se sostendrá, se modificará o servirá para negociar más adelante?