La reforma impulsada por el gobierno de Giorgia Meloni, en Italia, marca una ruptura para los argentinos que hace tiempo intentan reconstruir su historia familiar con el objetivo de obtener la ciudadanía italiana. 

El nuevo esquema, que aún debe ser ratificado por el Parlamento, propone limitar drásticamente el acceso a la nacionalidad para descendientes nacidos fuera del territorio y establece que sólo hijos y nietos de italianos nacidos en Italia podrán solicitar el documento.

Además, para que el derecho a la ciudadanía sea reconocido en nacidos luego de la entrada en vigencia del decreto, se exigirá que sus padres hayan residido al menos dos años en el país. 

Argentina se encuentra dentro de los países más perjudicados ya que muchos descendientes de italianos residen aquí. Buena parte de los expedientes podrían quedar estancados o perder validez, sumado a la dificultad de que el proceso ya no podrá iniciarse en los consulados sino que se centralizará en un nuevo organismo con sede romana. 

Para quienes ya tienen un turno asignado o expediente en trámite, aún no se saben con certeza los pasos a seguir. El decreto está vigente por el momento pero su aplicación concreta depende de su ratificación por el Parlamento dentro de los próximos 60 días.