Para Santa Fe, la creación de un nuevo puente que lo una a Santo Tomé es una obra emblemática. Ya que tendrá 1324 metros de longitud y se construirá al sur y en paralelo al actual puente, facilitando el ingreso a Santa Fe; tendrá dos carriles.

La obra se desarrolla en cuatro frentes: dos en el lecho del río y su valle de inundación, y  dos en las cabeceras de cada ciudad, que iniciarán cuando los dos primeros estén avanzados. Los trabajos incluyen la renovación de las cabeceras en ambas ciudades, con nuevas calzadas de 9,30 metros, bicisendas, iluminación LED y parquización.

Pullaro fue el encargado de inspeccionar la finalización de los trabajos de movimiento de suelo, y ahora, se proseguirá con la colocación de los pilotes a fin de junio. Esta etapa de la obra es crítica: es la más compleja en términos constructivos.

En Santa Fe, se demolerá el pavimento actual y se construirán dos calzadas nuevas, cada una con carriles de 3,65 metros y banquinas de 2 metros; y en Santo Tomé, se realizará una readecuación vial, que prevé el reordenamiento integral de avenida 7 de Marzo, desde Maciá hasta el río, con modificaciones en los sentidos de circulación de Mitre y Candioti, y la incorporación de carriles exclusivos para bicicletas y sendas peatonales.

El nuevo puente contará con barandas, defensas metálicas y un sistema especial de protección contra la erosión, reforzando la seguridad estructural y vial.