El presidente de la Federación de Acopiadores de Argentina, Fernando Rivara, charló mano a mano con Marcos Cineros en Radio Casilda y dejó en claro su enérgico rechazo a la aprobación que tuvieron los lotes de trigo HB4 desarrollados por la firma nacional Bioceres. Además, tildó de mamarracho la resolución de Ministerio de Agricultura que espera por el visto bueno del gobierno brasileño para su exportación.

"Más allá del desarrollo tecnológico, el cual aplaudimos, entendemos que puede ser un desastre si el trigo se contamina", expresó el médico veterinario en el comienzo de la entrevista. Se trata de una sepa de trigo que incluye un gen de girasol, lo que la hace más resistente al estrés hídrico. El problema es que el mercado de trigo modificado genéticamente para el consumo humano es nulo en el mundo. 

Rivara realizó un paralelo con lo que sucede con la soja. Puesto que el 92% del consumo de este alimento sí es transgénico. Incluso se admiten contaminaciones de hasta 1% en los lotes que se comercializan. En el trigo, si un cargamento tiene un 0,1% de transgénicos, se rechaza por completo. Sumado a eso, los análisis PCR para detectar la polución pueden tardar hasta cinco días. Lo que implicaría parar el transporte por ese plazo, quitándole dinamismo a la cosecha. 

"Los molinos locales dedicados a la elaboración de productos como galletitas y derivados de harina de trigo, ya avisaron que no van a aceptar cargamentos que contengan ni un gramo de transgénico", detalló el referente de la Federación de Acopiadores. Aun así se autorizó la siembra de más de 6 mil toneladas de trigo HB4 que aguardan por la aprobación del mercado brasileño.

Según afirmó Rivara desde el Ministerio de Agricultura se limitaron a decir que se trata de "decisiones empresariales". Aunque gran parte del arco rural está en desacuerdo con la medida.