Belgrano parecía tener todo cocinado en la cancha del Pulgón. Lo ganaba 2 a 0 con una figura excluyente de Ezequiel Lazo. Sin embargo, no supo aprovechar la ventaja y el local reaccionó. En la última bola de la tarde-noche, sucedió algo impensado.

Se fue otra edición tremenda del clásico de Arequito, que había quedando pendiente por la lluvia. Un miércoles imposible de olvidar. Con un conjunto Azul que hizo mejor las cosas a lo largo de los noventa minutos, pero no lo cristalizó de todo en la redes. Se puso en ventaja de movida, luego de una pifia de la defensa de Nueve, que culminó con un zapatazo inapelable del Lazo.

El dueño de casa lucía confundido y aturdido. No encontraba los caminos hacia Petrich y hacía agua en el fondo. Aunque en ese tramo fue sostenido por Manuel Baquín bajo los tres postes. Hasta que, mediando el complemento, el goleador del Torneo Clausura volvió a aparecer para colocar el 2-0, que daba la sensación de ser lapidario.

El segundo gol de Ezequiel Lazo se gritó con todo.
El segundo gol de Ezequiel Lazo se gritó con todo.

El 'Negro' López movió el banco para rodear mejor a D'angelo, pero se relegaba demasiado en la línea más endeble. Era cuestión de que Belgrano acertara en una contra, pero por el contrario, los errores aparecieron del otro lado. Machuca cerró mal una pelota fácil y llegó el descuento del centrodelantero local.

Restaban diez minutos más la adición. 9 de Julio lo buscó por el aliento de su gente, aunque con pocas ideas. Y en la última pelota hizo lo que hay que hacer, meterla al área. Petrich falló, los defensores se estorbaron y Juan Zaninovich se zambulló de palomita para establecer el 2-2 definitivo.

Al Azul no le cambia demasiado el panorama. Continúa al tope de la zona A y encima su pasaje a los cuartos. Para el Pulgón es un respiro enorme, un punto anímico y que lo acomoda mejor en una lucha que parece tenerlo cabeza a cabeza con Unidos y Unión Deportiva.