De Cebollita soñaba jugar un Mundial y consagrarse en Primera. Pero ese pequeño niño criado en Villa Fiorito ni se imaginaba que más adelante le iba a cumplir grandes sueños a otros mortales. Hugo Saggioratto jugó a su lado y lo vivió de esa manera. A pesar de que era ídolo en un Independiente multicampeón, recaló en Argentinos y el tiempo le dio la razón. Tiró paredes con el más grandes y hasta los hinchas del Bicho lo "adoptaron" como su hermano.

'El Manija' se enteró de la noticia de conmovió al mundo en su Arequito natal, y si bien estuvo varias horas en shock, no quiso dejar de recordar a Diego y escogió los micrófonos de Radio Casilda. "Para él era blanco o negro, no había grises. Y si querés ser buena gente, hay que manejarse de esa manera. No podés quedar bien con todo el mundo", comenzó relatando.

Para Saggioratto no quedan dudas de que estuvo presente frente a un chico "de buena madera, sencillo y que siempre fue de la misma manera". En ese sentido, dijo que si bien ahora se veían poco, por la distancia, cada vez que lo encontró lo trató como un amigo de toda la vida.

Todavía permanece latente en su memoria las últimas dos veces que lo pudo abrazar y dialogar. En el Mundial de Brasil 2014, cuando contó con la complicidad de su guardaespaldas para acompañarlo en una cena luego del programa que Maradona hacía con Víctor Hugo, y en el funeral de su padre, en junio del 2015. 

"Le molestaba mucho que se dijeran cosas que no eran verdad. Cuando él estuvo más jodido se hablaron de temas que lo hacían quedar mal cuando él ni siquiera estaba en sus cabales", aseguró ex jugador de Independiente y Argentinos. Según su perspectiva tuvo la suerte de acompañar a una de las mejores versiones que se vieron del 'Pelusa'. Solamente superado por el Maradona que se vio en México '86.

"Ustedes vieron cosas lindas en la cancha, pero no saben lo que eran los entrenamientos. Durante el juego, Diego tenía que ser serio porque jugaba un deporte en equipo. Pero en un entrenamiento se cansaba de tirar lujos", detalló Saggioratto. 

Su testimonio no estaría completo sin la anécdota que lo marcó en su paso por La Paternal. La noche que los hinchas le gritaron "No hagan ola, no hagan ola, es el hermano de Maradona". Esa jornada, de manera irónica, el volante se acercó a Diego y le dijo que se fuera tranquilo, porque no lo iba a extrañar.