Cada 17 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Hipertensión, con la finalidad de promover la concienciación y los esfuerzos para prevenir, diagnosticar y controlar la hipertensión arterial, condición que constituye el principal factor de riesgo para padecer enfermedades cardiovasculares.

Detrás de las enfermedades que habitualmente ocupan un lugar central en la agenda pública, hay patologías y factores de riesgo que tienen un impacto silencioso pero constante en la salud de los argentinos. La hipertensión arterial (HTA) es un claro ejemplo: apenas la mitad de los pacientes está diagnosticado y muchos de ellos no cumplen correctamente con los chequeos médicos recomendados para mantenerla bajo control. 

Los números hablan por sí solos. Según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) y los datos arrojados por los estudios RENATA 1 y 2, cerca de un tercio de la población adulta de la Argentina es hipertensa. Incluso algunos autores, como por ejemplo los del estudio PURE, advierten que esta prevalencia podría ser aún mayor. Esto se debe a que, cuando a las personas entrevistadas en la ENFR se les suman aquellas a las que efectivamente se les registró la presión arterial, la prevalencia aumenta prácticamente al 50% de la población.

La medición precisa de la presión arterial es clave para el diagnóstico efectivo, la prevención y el control de la hipertensión. Se puede lograr con el uso de dispositivos electrónicos validados, el uso de un protocolo correcto de medición y la preparación adecuada del paciente.