Nazareth se amplía. Mientras inaugura una nueva casa en Bell Ville, la entidad que aborda la problemática de las adicciones continúa proyectando sobre la provincia de Santa Fe y estudia situarse en lugares puntuales de la provincia de Buenos Aires. Su líder, María Eva Ferrigno, habló en Radio Casilda y dio precisiones de las tareas que realizan. Al mismo tiempo, alertó sobre las edades cada vez más tempranas en las que se inicia el consumo de drogas.

Ferrigno hace 27 años que trabaja en esta temática y desde los 18, se formó en Nazareth para llevar a cabo esta tarea. “No es el mismo adicto ahora que en esa época. Antes era un grupo marginal. Hoy, cualquier pibe tiene acceso a la droga a la vuelta de la esquina. No hay política pública ni control sobre la oferta”, comparó ante la triste realidad.

En Casilda, la sede se encuentra contigua a la Parroquia San Pedro y en la misma se busca contener a los adolescentes que se acercan. En Rafaela, por citar otro ejemplo, el lugar se centraliza en los menores. Hay niños que consumen drogas desde los 8 años y provienen de sectores humildes aunque no viven en situación de calle ni sufren la pobreza estructural.

Ante la consulta del porqué de este fenómeno de carácter preocupante, María Eva realizó un análisis. “Hay una cuestión social y cultural de pasajes más rápidos a la adolescencia. Y los adultos, siguen siendo adolescentes. Hay traumas en los chicos que aceleran los inicios en las experiencias con drogas. Es una franja gravísima la que va de 8 a 12 años. Hay deterioros psicológicos severos. Es muy delicada esta enfermedad. Lo social, la publicidad de consumo, todo influye. Ingresan por querer pertenecer a los grupos consumiendo alcohol. Una droga accesible, legal y que los adultos mostramos desde la ebriedad”, dijo sin quitarse responsabilidad.

La misión que tiene Nazareth es disminuir la demanda a través de la prevención, la asistencia, y la investigación de la problemática. En ese marco, se va dando la expansión de la asociación hacia otras localidades y otras provincias. “Es una cuestión muy delicada. No se puede abrir cualquier cosa, tenemos que ser buenas herramientas. Se trata de armar un equipo, buscar un lugar donde atender, hacer un diagnóstico y diseñar programas de tratamiento. Si tenemos que mejorar la calidad de vida, tenemos que brindar un buen servicio”, aseguró la directora de la asociación.

Los que entiendan que necesitan ayudan o bien quieran dar una mano a quienes llevan a cabo la contención en Casilda, no tienen más que acercarse a la esquina de Buenos Aires y Ovidio Lagos.