Un informe reciente del diario 'New York Times' muestra al país con una de las tasas más bajas de contagios semanales. Argentina ha logrado reducir su incidencia a dos casos positivos cada 100 mil habitantes. Una cifra más que alentadora y que respalda a los profesionales de la salud que tanto insistieron con la importancia de los cuidados personales y, sobre todo, de la inoculación.

El doctor Armando Perichón, titular de Cudaio, opinó acerca de esta nueva realidad y fue crítico de aquellas voces que en el peor momento, sólo pusieron palos en la rueda. "En un país en el que todo parece que es apostar al desánimo, es innegable que el manejo de la política sanitaria ha sido fantástico", refirió.

En una entrevista con Radio Casilda, el médico remarcó que no se debe olvidar que las autoridades hicieron todo por conseguir vacunas en un contexto adverso. "Cuando todos apostaban por la Pzifer, Argentina trajo la Sputnik y tuvo grandes resultados. A veces hay que dejar de mirar el vaso medio vacío", insistió.

Más adelante en su interlocución, esgrimió: "Me da bronca que siempre se remarque lo que se hace mal. El que no hace nada, no tiene posibilidades de hacer nada mal. Acá se hizo mucho y seguramente puede haber equivocaciones". Ahora que la situación sanitaria mejoró, Perichón no tiene dudas de que el esfuerzo conjunto que se hizo, valió la pena. "Los casos de covid se derrumbaron y no fue magia. Hay una explicación. Argentina tiene una alta tasa de vacunación". ahondó.

Para comprarlo con lo que sucedió y todavía pasa en el resto del mundo, el doctor sostuvo que Reino Unido e Israel, a pesar de ser quienes más rápido avanzaron en la inoculación, tardaron en aplicar esquemas completos y optaron por vacunas menores efectivas. Además, agregó que hay un punto sumamente importante. El movimiento anti-vacunas es muy fuerte en esas comunidades.

"La sociedad argentina es pro-vacuna, históricamente. Hay países muy desarrollados que tienen una gran cantidad de personas que se oponen a la vacunación", refrendó Perichón. En el ámbito local, el porcentaje de quienes se oponen a inocularse -afortunadamente- no movió la aguja. 

Para finalizar, pidió que todavía no cantemos victoria y que se siga con los cuidados. La fórmula correcta para seguir por este camino es sencilla: responsabilidad y cuidados personales + alta tasa de vacunación.

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