Se acerca la temporada de verano y es de esperar que el termómetro se eleve por decantación. Teniendo en cuenta que la utilización del el alcohol aumentó considerablemente por cuestiones sanitarias, parece bueno consultar especialistas para no olvidar la forma de manipularlo de forma correcta. De paso, derribamos algunos mitos.

Radio Casilda estuvo en contacto, durante la semana, con Federico Censi, jefe del cuerpo activo de Bomberos Voluntarios de la ciudad. Quien detalló y recordó que se trata de un elemento con tres propiedades principales: es líquido, combustible e inflamable. Por lo que tiene la capacidad de arder y, en temperatura normales -unos 20 grados- desprende vapores que en contacto con fuentes de calor pueden encenderse.

"Para que el alcohol se prenda solo necesita de una llama o fuentes de emisión de calor de, como mínimo, 420 grados centígrados. Por lo tanto suena difícil que se encienda solo en el interior de un vehículo", explicó Censi. Ni siquiera un automóvil completamente cerrado y al rayo de sol en pleno enero alcanzaría esa temperatura en su habitáculo.

De todas maneras, el jefe de bomberos advirtió otros aspectos que puede influir en accidentes no deseados. Porque las pérdidas que puede tener los recipientes hacen que el alcohol derramado se evapore y ante cualquier chispa se puede provocar una suerte de mini explosión. El encendido de la arma o un cigarrillo pueden generar fuentes de calor pequeñas, pero de alta combustión.

Para no sembrar pánico, el mismo especialista comentó: "Pasó a ser un elementos de uso común y cotidiano. Hay que tener cuidado a la hora de manipularlo". Y aclaró que estas proyecciones son para el alcohol cien por ciento puro. Durante la pandemia se recomienda la utilización de una mezcla rebajada al 70-30 con agua. Lo que baja los límites de inflamabilidad.