El 4 de agosto de 1907 se firmó el acta fundacional de uno de los clubes pioneros a nivel deportivo que tiene la ciudad de Casilda. El primer campeón y el que más trofeos recolecta en la Primera División de la Liga Casildense de Fútbol. Desde mediados de la década del '50, la institución de Barracas adoptó un mote que tiene una historia muy curiosa.

Cuentas aquellos que conocen al club como la palma de su mano, que en el año 1953, había un caballo que solía pastar en inmediaciones de lugar donde estaba ubicada la cancha de Alumni. Incluso había ocasiones en las cuales los propios jugadores lo ataban a otro palo para poder practicar y luego lo retornaban al sitio donde se sentía más cómodo.

Fue tal el cariño que los protagonistas se tomaron, que cuando el animal murió en 1957, lo adoptaron como un símbolo. Era ni más ni menos que un caballo de pelaje alazán y de allí viene el apodo. Los mismo sucede con la denominación de 'Patablanca', aunque en ese caso hay algunas disyuntivas. A quienes aseguran que el caballo tenía una de sus extremidades de color blanco y otros aseguran que las cuatro estaban teñidas de esa tonalidad.

Lo cierto es que quedó inmortalizado, ligado al nombre de los de Barracas de manera indeleble. Otra curiosidad es que los alumnistas nunca supieron a ciencia cierta de quien era ese fiel acompañante.

El acta de fundación del Club Alumni de Casilda estuvo rubricada por: Plinio Ardiani, Emilio Burki, José Pagliano, Emilio Ardiani, Pedro Rossini, Antonio Angelotti, Blas Mena, José Sardonio, Martín Luraschi, Antonio Zazo, Eduardo Dalorzo, Juan Sarubi, Osvaldo Dalorzo, Arturo Geuman, César Bortolato, Pedro Díaz, Teodoro Bortolato, Primitivo Díaz y Juan Light. Éste último ejerció la presidencia en los primeros años de existencia.