El Gobierno Nacional anunció con bombos y platillos el envío de una nueva fórmula de movilidad para el cálculo de los haberes jubilatorios. El proyecto de ley ya está en el Congreso e implicará quitar a la inflación como variable de ajuste. Si bien se hace hincapié en que servirá para recuperar el poder adquisitivo de un sector ya de por sí castigado, a nivel local no gusta para nada.

Antonio Luraschi, referente casildense del Centro de Jubilados, expresó: "Venimos perdiendo desde hace mucho tiempo. Perdimos con Macri y ahora también por los decretos. El año que viene va a pasar a lo mismo". La cuestión central que plantea el gobierno de Alberto Fernández, es atar la suba de los haberes jubilatorios a la recaudación del Estado. Y que ya no se considere la inflación mensual. 

En ese sentido, Luraschi argumentó que "mucha gente que estaba en blanco se quedó sin trabajo,". Por lo que la recaudación va a ser menor y los haberes, indefectiblemente, se van a restringir. "Es un ajuste que viene envuelto en papelitos de colores", prosiguió el entrevistado. Quien aseguró que se siguen las recetas que pide el FMI.

Mientras quienes apuestas a esta reforman creen que tendría el mismo efecto que se vio entre 2009 y 2017, cuando el haber jubilatorio se ubicó hasta 25 puntos por encima de la inflación, en Casilda creen que ahora no pasará los mismo. Además, referencian que los aumentos pasarán a ser cada seis meses y no cada tres, como hasta ahora.