El comienzo de la semana encontró una vez más las puertas del municipio cerradas debido al feriado. De todas maneras hubo movimiento en el interior dado que el Intendente, Andrés Golosetti, tuvo una charla con algunos de los representantes de los comerciantes de Casilda que tuvieron que cerrar sus puertas por la vigencia de un nuevo DNU dictado por Nación.

La relación parecía haber quedado tirante tras la movilización que se vio en el centro de la localidad el sábado luego del mediodía. De todas maneras, ambas partes acordaron tener un encuentro cara a cara para dejar las cosas en claro.

El mandamás estuvo secundado por parte de su gabinete y abrió las puertas del Salón Dorado para unos 15 representantes de diferentes rubros. Entre los que se destacaron: indumentaria, peluquerías, zapaterías, librerías, venta de celulares, cosméticas, regalarías, repuestos y pinturerías. 

Más allá de la postura y las necesidades que llevaron los comerciantes, el Ejecutivo pidió respetar el período de aislamiento que decretó Alberto Fernández. En la ciudad urge un alivio para sistema sanitario y lamentablemente, los platos rotos tienen que ser pagados por las actividades comerciales. Hasta el próximo lunes no será posible que ninguno de estos rubros tenga sus puertas abiertas.

De toda maneras, el municipio se mostró flexible con la posibilidad de que trabajen bajo la modalidad delivery y take away. Aunque está claro que para algunos es una posibilidad fehaciente y para otros no significa demasiado. 

Además, desde la intendencia se les adelantó que si bien el lunes 31 de mayo se retomarán las actividades protocolarizadas, también se deberán cerrar los locales el fin de semana del 5 y 6 de junio.