Hace diez años, Mónica Peralta, una mujer de la ciudad, comenzaba a dar sus primeros pasos en el cuidado de enfermemos como acompañante terapéutica, tanto en clínicas privadas, como en efectores públicos. La llegada de la pandemia, redujo esta posibilidad haciendo que el rubro sufra un duro golpe al bolsillo.

En diálogo con Radio Casilda, Mónica manifestó, en primera instancia, el tiempo que lleva en la profesión: "Hace más de diez años, antes era moza, y bueno, por una cuestión de falta de trabajo, empecé a buscar y a acompañar en los sanatorios. Siempre se trabajó, pero con esto de la pandemia...".

Mientras no existía la pandemia, "tenía bastante demanda, cuando estás cuidando a alguien y se acuesta en la cama de al lado y necesitaban cuidados pero no son de acá o son de acá pero no tiene grupo familiar para que vengan a reemplazar, te hablan, te preguntan cuanto estás cobrando, que horario estás haciendo", detalló.

La situación epidemiológica modificó el quehacer diario de muchas cosas, dentro y fuera de los efectores de salud. Tal como contó, "la persona que ingresa al hospital, nosocomio o clínica privada, tiene que ingresar con la persona que va en la ambulancia y no se puede mover de ahí hasta que le den el alta".

En la actualidad, "estoy trabajando en un domicilio hace un año y medio por la noche, en el día me queda todo el día libre y como es el único sueldo que entra en la casa se complica", describió la entrevistada, que si bien se recibió como estilista no pudo montar su salón por cuestiones económicas.

Si estás buscando a una acompañante terapéutica, podés comunicarte con Mónica Peralta al 3464 516 120.

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