El domingo pasó y dejó muchas cosas por analizar, sobre todo en el ámbito de la salud, la cual viene de complicación en complicación con la llegada al país de un virus que parecía, nunca arribar, o al menos hacerlo más tarde. Era necesario que las desiciones importantes se hagan presente ante un país ya asustado, con chango de mercaderia llenos, (los que pueden), y con personas corriendo para adquiri una botella de alcohol en gel que hasta hace dos meses estaba en oferta.

Si había algo que un cúmulo de personas le exigía a Fernández era el de cerrar las escuelas, al menos por un tiempo, por un rato. Hasta ver que pasa, como sigue, cual es el tope del ahora (por desgracia) coronavirus. Y así fue, hoy explicó al aire de los canales porteños que quedan totalmente suspendidas las clases primarias y secundarias, tanto públicas como privadas.

En relación a las universidades aseveró que ya algunas tomaron las medidas pertinentes y que por manejarse con cierta autonomía ya habían establecido, (al menos algunas), como seguir, es decir, sin clases. Por otro lado, explicó que los mayores de 60 años se deben quedar en casa, y que contarán con una licencia laboral.

A eso se le suma el cierre de fronteras que tiene un punto que se destaca y es que aquellos que se quieran ir, las aerolínesa que funcionen podrán llevarlos, pero lo que no está más permitido es el ingreso al aeropuerto de nuevos viajes cargados de pasajeros y personas que en su mayoría vienen de diferentes lugares del mundo.