La comunidad de Sanford quedó sin médico de guardia durante el fin de semana, y la situación quedó al descubierto cuando un niño fue llevado al Samco porque un alacrán lo había picado y no tuvo la debida asistencia médica. La vulnerabilidad en salud expuso un problema de fondo: la falta de profesionales dispuestos a atender la demanda de las pequeñas localidades.

El médico responsable del Samco, Hugo Burgos, tomó desde el fin de semana su licencia anual. El problema es que nadie lo cubrió. A pesar de los intentos de la comuna, ningún profesional reside en el pueblo y por ende, la guardia de los fines de semana quedó vacía. Cuando la situación tornaba a escándalo, el Ministerio de Salud provincial envió un profesional a cubrir la guardia del hospital local.

En las localidades pequeñas, los médicos de emergencias trabajan al llamado. Es decir, cuando se los requiere, se hacen presentes. Habitualmente se da de esta forma por el escaso volumen de consultas que existen. El problema es cuando esos profesionales asumen su legítimo período de descanso.

 “Cuando los médicos se toman vacaciones es muy difícil encontrar profesionales para los pueblos. Pasa a todo nivel, pero esta tiene una sensibilidad social diferente. Es difícil que los jóvenes que se van a estudiar a las ciudades puedan volver”, explicó Marisel Rosetti, flamante secretaria de Salud del gobierno local, quien fue coordinadora de la subregión Casilda de la Provincia.

Más allá de la necesidad de contar con otro médico residente en el pueblo, el Sies se mantiene alerta. Las ambulancias del servicio médico establecen prioridad para asistir a Sanford, como así también se dirigen a Fuentes y Los Molinos y próximamente lo harán en Pujato, para completar el radio de las localidades aledañas a Casilda.