Las finales de la Liga Interprovincial terminaron de la peor manera. Los incidentes empañaron el mero aspecto deportivo y eso en el fútbol amateur siempre es un hecho para lamentar. En medio el triunfo de 9 de Julio de Beravebú sobre el Club Arteaga, la policía le negó a la parcialidad arteaguense la salida de la cancha.

Los mismos rivales se habían enfrentado en 2011 y 2016 y en este 2018 llevaron a cabo unas finales tremendamente emotivas. De hecho, el sábado definieron en terreno neutral en el tercer partido disputado en la cancha de Chañarense. Igualaron 1-1 en los 90' y en el suplementario volvieron a empatar, 2-2. Tras los penales, El Lanudo se consagró campeón pero lamentablemente, antes hubo incidentes.

Alrededor de 400 personas se ubicaron de frente al sol, en la zona de los visitantes, sin poder refugiarse ni hidratarse. Ante el pedido de salir del estadio para poder superar esa instancia incómoda, las fuerzas de seguridad se mostraron intransigentes.

Todo sucedió en el entretiempo cuando el partido iba 0-0, no había habido polémicas y sólo se limitó a un pedido del público de salir unos minutos de la cancha para poder tomar aire. La respuesta de los policías fue disparar balas de goma, tirar gases y reprimir al público sin abrirles las puertas.

Un simpatizante terminó con una bala de goma incrustada en una pierna. Fue atendido en el Samco local y luego lo derivaron a Venado Tuerto donde lo intervinieron y lo dejaron fuera de riesgo. El episodio duró cerca de diez minutos y arruinó unas finales históricas.