Las empresas metalúrgicas de la región viven un momento de alta densidad. No tienen respuestas para entregarles a los trabajadores debido a que la caída en las ventas no permite elaborar una cadena de pagos. Los que no realizan despidos, reducen jornadas o directamente, cierras sus puertas por turnos.

Juan Storlini, el secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica en el departamento Caseros,  brindó datos concretos en Radio Casilda. “En las fábricas de la ciudad hay una reducción del 50% de la jornada. En Arequito y San José de la Esquina pasa lo mismo. Hay alrededor de 150 trabajadores con convenio de trabajo por tres meses en nuestro departamento”, contó el líder de la UOM.

Una de las alternativas de las empresas es recurrir al Procedimiento Preventivo de Crisis, aunque allí se corre el riesgo que haya despidos, porque las empresas están amparadas por ley para hacerlo y reducir la jornada sin pagarles las horas caídas. Basta con demostrar que han caído las ventas y el rendimiento de la empresa en los últimos tres balances, para que sean autorizadas a ingresar a ese proceso que se extiende entre seis meses y un año. El gremio siempre intenta no llegar a esa instancia para proteger a los trabajadores y preservar sus puestos, proponiendo convenios donde no se pagan menos del 75% de las horas caídas.

¿Por qué se llegó a tal situación? Storlini ensayó una respuesta. “Este tipo de políticas nos preocupa demasiado. Hace mucho tiempo que no se veía. Este tipo de modelo nos lleva a la destrucción de las pequeñas y medianas empresas. Esto es un desastre. El aumento conseguido en paritarias, se lo comió la inflación. Hay que cambiar las políticas neoliberales, yo tengo memoria y esto ya sucedió”, sintetizó el gremialista que analizó el faltante de recursos de los talleres en torno a las caídas en las ventas debido a la apertura de las importaciones y la falta de protección a la industria nacional. Según lo marcó “hay empresas que prefieren pagar la hora de los trabajadores y no producir para no gastar energía”.

OBREROS SIN OBRA

Storlini reconoció que en Casilda, hay importantes firmas que están dejando de realizar los aportes correspondientes a sus trabajadores. “Las empresas pagan los sueldos y dejan de pagar cargas sociales, cuotas tributarias, seguros de vida. En obra social, en nuestro departamento, hay 30 millones de pesos en la calle. La gerenciadora debería cobrar ese dinero pero no lo están cobrando y eso hace que haya una caída en los recursos para prestar salud”, dijo el titular de la UOM Casilda.