El cambio de gobierno local que se concretó hacia finales del año anterior ha alentado a cambiar algunas acciones. Por ejemplo, el tratamiento respecto de los controles vehiculares. Que ya no se limita únicamente a los fines de semanas u ocasiones especiales, sino que se ramificó a los distintos barrios y con resultados que, de momento, resultan positivos.

Solamente desde mediados del mes de diciembre a esta parte, se efectivizaron más de 70 actas por infracciones de tránsito y se secuestraron, al menos, siete motocicletas por diversos incumplimientos. Claro está, estos no tiene en cuenta los tests de alcoholemia que se llevan adelante cada fin de semana en las principales arterias de la ciudad.

La dirección de Tránsito y la Secretaría de Control Urbano y Convivencia cambiaron algunas de las reglas de juegos para poder dar con los escurridizos. Los agentes no simplemente recorren la ciudad, sino que se montan operativos especiales, con la ayuda de la URIV, para sorprender a los posibles infractores. Al menos una vez a la semana, suelen verse estas actuaciones que hasta el momento tiene el visto bueno de la sociedad.

Sólo para ejemplificar, durante el viernes y el domingo anteriores se controlaron unos cien rodados, se concretaron 9 actas y se secuestrados dos motovehículos. Además, se detuvo a conductor de un auto con un dosaje de alchol de 1,21.