En febrero de 2019, Ramiro A. atacó de manera brutal a Alejandro. El conductor de un camión, oriundo de Sanford, frente a un boliche bailable. Los daños que le provocó le cambiaron su vida para siempre. Más de dos años después llegó la sentencia del caso y su familia lo celebró.

"Estamos conforme. No felices porque lo ideal sería nunca haber tenido que vivir esta situación. Ojalá que esto pueda servir como un antecedente", contó Stella Maris, la ex esposa de Alejandro, en diálogo con Radio Casilda. Más allá, de su expresión, dijo que lo más lamenta es que el agresor nunca haya mostrado algo de arrepentimiento. 

Desde aquel desafortunado hecho, Alejandro vive con su hijo y quedó con secuelas mentales irreversibles. De hecho, necesita de asistencia constante y asiste a sesiones de fonoaudiología para mejorar su habla. Hasta antes de aquella noche, era una persona muy sana, ni siquiera tomaba remedios. 

"Estuvo inconsciente mucho tiempo. Las heridas que recibió a nivel neurológico no se curan más. Incluso tiene episodios donde se pone violento", ahondó la persona que más luchó y lo acompañó en este proceso. A raíz de este episodio, el camionero se quedó si trabajo y todavía está aguardando por los trámites de su jubilación. Que vienen atrasados por el contexto pandémico.

En tanto su agresor, recibió una pena de cuatro años de prisión efectiva. Aunque seguirá gozando del beneficio de la libertad hasta tanto la condena esté firme.

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