En nuestro país se mide oficialmente la pobreza de su población a través de los ingresos corrientes de los hogares, es decir, a través del método de Línea de Pobreza. Este tipo de medición de pobreza se basa en el supuesto de que los ingresos permiten a los hogares adquirir los bienes y servicios que necesitan para garantizar un mínimo de calidad de vida normativamente “aceptable”.

Pero desde el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina plantearon la necesidad de un análisis multidimensional, que tiene como objeto contemplar otros elementos que involucran tanto el bienestar a partir de la capacidad de agencia que otorgan los ingresos para acceder a bienes y servicios en el mercado, como así también el goce de una serie de derechos sociales y económicos.

En diálogo con Primera Data, Eduardo Donza, Sociólogo e Investigador del Observatorio, anunció: "Para evaluar nos basamos en cuestiones estructurales y de devaluación, que tanto impacto ha tenido en estos últimos años generando un parate en la economía".

Por lo tanto, y a partir de la evaluación realizada, la pobreza medida por diferentes derechos sociales -más allá del índice por ingreso- aumentó del 26,6% al 31,3% de la población en la Argentina, del 2017 al 2018, lo que implica que hoy existen 12,7 millones de personas con carencias importantes para su vida.

Además, el Sociólogo explicitó que "en este caso no hablamos solo de pobreza por ingreso sino que la medición multidimensional engloba otros indicadores que son derechos que están vulnerados en las familias de nuestro país".

El informe se basa en el estudio de seis elementos considerados básicos para la vida humana, entre ellos encontramos: Alimentación y salud; Servicios básicos (agua corriente, cloacas, fuentes de energía-); Vivienda Digna; Medio Ambiente; Accesos Educativos; Empleo y Seguridad Social.

La palabra del Investigador