Y final de la historia. El tenso cruce que se había desatado entre los ex empleados de Aylar, una pequeña firma arequitense que se dedicaba a la distribución de productos, y sus titulares, llegó a buen puerto. Luego del encuentro que tuvo lugar el viernes en la sede del Ministerio de Trabajo de Rosario, se acordó el pago de la indemnización de acuerdo a la protestas de los transportistas.

De esta manera, no volverán a realizarse acampes frente a la puerta de la empresa, como se había dado en las horas posteriores al cierre. Siempre y cuando se cumpla con lo pactado. Así lo determinó el gremio de Camioneros de Casilda, que había ingresado a la negociación en representación de las ocho personas que fueron cesanteadas de sus puestos.

Según se desprende de la información que aportaron las partes, se acordó una parte del pago de forma inmediata, en efectivo y con cheques. En tanto que la segunda parte, para completar la cancelación, debería hacerse a mediados de la semana entrante. En definitiva, un trato similar al que reclamaban los ex empleados.

Aylar era una distribuidora local que venía afrontando problemas financieros severos y hacia finales de marzo determinó el cierre definitivo de sus puertas. Con lo que su personal, de ocho empleados, quedó en la calle. Más tarde se desató un problema por el pago de la indemnización, que llevó a largas reuniones, discusiones, acusaciones y hasta acampes de Sincato. La paz llegó al fin este viernes.