Aprendices fue eliminado del Apertura de la Liga Casildense pero eso no fue lo peor para la gente de Nueva Roma. Culminado el juego en el Tanque de Arequito, se produjeron incidentes con la parcialidad de Nueve de Julio, lo cual culminó en hechos totalmente repudiables en función del accionar policial.

Tras un corner a favor del equipo casildense, Germán Tarnavassa quedó desplomado en el suelo. Los hinchas de Nueve sacudieron el tejido reclamando que sancione al agresor del atacante del Pulgón y los de Aprendices reaccionaron. Volaron algunos proyectiles de un lado y de otro hasta que la policía decidió intervenir de la peor forma; reprimiendo.

Primero quisieron disipar a la gente disparando balas de goma al aire, pero luego le apuntaron directamente a los jóvenes casildenses que amenazaban con ocupar el pulmón que divide a una y otra parcialidad. Esa situación debió haberse evitado. Tenían que prevenir y no herir.

Al margen de la bronca propia del resultado en contra, los futbolistas académicos le reclamaron esa maniobra a los efectivos quienes no distinguieron culpables de inocentes y dispararon balas de goma a un sector donde incluso se ubicaban familiares de los propios jugadores.

Desde las últimas horas del mismo domingo circularon las imágenes que dan fe de los impactos sobre la humanidad de la gente que se acercó a la cancha a ver un partido de fútbol y se fue a su casa pensando en que quizás ya no valga la pena arriesgarse a salir lastimado en pos de seguir a su equipo.