Tres instituciones educativas de la ciudad retornaron a la presencialidad en el comienzo de esta semana. En tanto que las escuelas públicas se plegarán a partir de mañana. En el Colegio Sagrada Familia la vuelta mostró rostros de alegría, aunque ocultos tras los tapabocas. "Hay jóvenes que están volviendo a reconocer el establecimiento", reconoció Miguel Zingarini, director de la SaFa.

Al tratarse de una escuela con modalidad de taller y doble turno, las actividades que se han retomado involucran al cien por ciento de la currícula. Los alumnos fueron divididos en dos burbujas, una que asiste por la mañana -ingresan a las 7.30- y otras que lo hace en turno vespertino -a partir de las 13.30-.

Según confesó el mismo Zingarini prácticamente no hubo reducción de las horas de asistencia para los chicos. Dado que permanecen en el lugar cuatro horas reloj, según lo que dicta el protocolo de escuelas técnicas. "Todos respondieron perfectamente a las pautas. Hay espacio de sobra porque estamos trabajando en cada turno con la mitad de los alumnos", insistió el director de la SaFa. 

Las normas indican que todos los asistentes deben medirse la temperatura antes de ingresa a la escuela, desinfectarse las manos, utilizar tapabocas y mantener el distanciamiento social de dos metros. Incluso se dispusieron recreos un poco más extensos para hacer hincapié en el respeto de las normas extraordinarias por la pandemia.

"Hay jóvenes que están volviendo a reconocer la escuela. Sobre todos aquellos que tuvieron dos semanas de clases el año pasado y después lo hicieron a través de la virtualidad. Hay como dos primeros años", agregó Zingarini. Quien manifestó que la mayoría de los alumnos mostró una suerte de alivio por "volver a tener clases".

Por otra parte, desde el cuerpo docente se mostró un cien por ciento de acatamiento para manifestar la voluntad de vacunación. Lo que es otro punto a favor para tranquilidad de los adolescentes y sus tutores.