A mediados del año pasado, parte de los dueños de los lotes que iba a tener el barrio privado ubicado sobre la ruta 33, reactivó las obras en el complejo. Se comenzó por hacer el tendido eléctrico para proveer de ese servicio a los futuros habitantes. Ahora, parece que apareció un nuevo problema y el fideicomiso se lo planteó ayer al cuerpo legislativo local.

En el encuentro convocado por los concejales, se presentó un informe de las actualizaciones que se consiguieron en los últimos meses. Aunque también surgió otro contratiempo relacionado a la posibilidad de nutrir al predio de una red cloacal y agua potable. Los propietarios no estarían de acuerdo con los requisitos que solicita ASSA para emprender la obra.

En ese sentido, será vital el rol que pueda jugar el Concejo en su rol de mediación. No sería de extrañar que se convoque una reunión en la cual participen ambas partes y se pueda arribar a un acuerdo beneficioso.

Por el momento, la construcción en los lotes está detenida por una cuestión obvia. El municipio no puede autorizar la existencia de viviendas sin los servicios básicos cubiertos. Desde el 2010, cuando se abandonó de forma definitiva el predio, quienes habían invertido en un proyecto inmobiliario esperanzador y ambicioso se quedaron sin respuesta. Ahora hay un grupo que los mismos ediles describen como "comprometido con la causa", aunque las labores avanzan a paso lento.