Corría el mes de agosto en la ciudad de Casilda del año 2011, Lorena Cabrera junto al resto de sus familiares y amigos, buscaban a Maxi, su hijo, un chico de 19 años que estaba desaparecido y del cual hasta el momento, nadie había aportado datos. La denuncia, según noticias de aquel entonces, fue radicada el día 11 de ese mes, pero el cuerpo sin vida de la víctima fue hallado el 2 de septiembre entre las malezas de un baldío. Es decir, 22 días más tarde.

Un terreno ubicado en cercanías a la intersección de Bulevar Ovidio Lagos y Catamarca fue el sitio elegido por quienes asesinaron salvajemente y con alevosía, a Maxi Storani, un pibe querido por muchos, y que fuera buscado por una multitud cuando en los diarios aparecía su rostro. En Casilda, su ciudad natal,  las esperanzas estuvieron hasta que las destrozara la fatal y angustiante noticia de su muerte. 

El tiempo pasó y por el caso fueron acusados tres sujetos de los cuales dos “por el delito de homicidio calificado con alevosía, agravado por la participación de un menor y por el robo del teléfono celular de la víctima”, y determinando para ambos 20 años de prisión.

El caso hoy

En horas de la tarde del jueves 26 de marzo del corriente año, un mensaje firmado por Lorena Cabrera viene acompañado de un documento (que decidimos no subir por presentar datos personales), haciendo referencia a un pedido de domiciliaria que le hicieron llegar. Según manifiesta, es para uno de los asesinos de su hijo. “Hola soy Lorena, mamá de Maxi Storani hace rato me notificaron que la defensora pide prisión domiciliaria para el asesino Damián Pinat x ser asmático”, comienza diciendo a modo de presentación.

Indignada, se pregunta: “¿y acaso ese le tuvo piedad a Maxi cuando le pisaba la garganta, le golpeaba la cabeza?, por Dios que haya piedad, que ese nunca salga”. 

El pedido de prisión domiciliaria que señala Cabrera es solicitado por los asesores de uno de los detenidos en la causa por la muerte de Storani en el año 2011, por ser una persona de riesgo en cuestiones de salud y sobre todo en este contexto de pandemia a nivel mundial.

La indignación de la madre de “Maxi” llegó a miles de celulares durante la jornada de ayer, varios grupos fueron testigos de una serie de palabras que entre el dolor, bronca y ausencia, piden nuevamente ser escuchadas, y que la exigencia no se cumpla como tal, al menos para sentir algo parecido a la justicia.

Maximiliano fue increpado por acusados que terminaron con su vida casi de inmediato, una de las pruebas fehacientes provienen de un ladrillo ensangrentado que se encontró a metros de su cuerpo. Matar por matar. ¿Nuevo capítulo de esta triste historia?.

 

Fotos: La Capital.