A media mañana, un día de semana y con el barrio en movimiento. No hay horario, momento puntual y ni siquiera hace falta estar en un estado de abandono o soledad. La inseguridad se presentó una vez en Casilda. Esta vez fue en pleno espacio comercial de Granaderos a Caballo.

En calle San Juan al 1900, -entre Casado y Ovidio Lagos- funciona una fábrica de confites. Está al lado de un reconocido supermercado del barrio. A pesar que eran alrededor de las 9.30 de la mañana y había gente rondando el lugar, nada impidió que un hombre ingrese por un portón al interior de la fábrica y se lance a delinquir.

Según cuentan testigos, encapuchado y con un arma de fuego, un hombre cometió el delito con total impunidad. Amenazó a la persona mayor que está cargo de la fábrica y le sacó una importante suma de dinero.

Operarios del Comando Radioeléctrico y la Policía de Investigaciones se hicieron presentes en el lugar mientras algunos familiares acompañaban a la víctima del robo que se mostraba visiblemente afectado.