Se terminó la discusión. El jueves, a última hora, los delegados de los clubes que participarán en el próximo torneo de la LCF decidieron de qué manera se desarrollará la próximo competencia oficial. Con 15 instituciones confirmadas en la máxima categoría y en Reserva, se optó por un campeonato con una fase regular larga, sin play-offs hasta el cierre. Comienza el domingo 23 de febrero.

Fueron varias las posturas que se plantearon, con diversos sistemas de clasificación y la posibilidad de tener Apertura y Clausura para asegurar emoción en el primer semestre. Pero eso no terminó ocurriendo. La mayoría de los presentes optaron por una opción que asegura competencia de corrido durante varios meses -e ingresos constantes- y le quita taquilla. 

La fase regular será de 30 fechas, todos contra todos a doble rueda. Una vez finalizado ese cansador recorrido, los cuatro primeros ubicados irán directo cuartos de final y tendrán dos semanas de descanso obligado. Del 5º al 12º se enfrentarán en cuatro llaves para decidir a los restantes habitantes del grupo de los ocho mejores. Los último tres de la tabla, quedarán de vacaciones.

En octavos y cuartos, habrá ventaja deportiva y definición de localía para el mejor ubicado. Se jugará a dos partidos. En semifinales, desaparece la ventaja pero existirá la diferencia de gol. En tanto que la final es un método conocido. Un partido en cada cancha, por sorteo. Si hay igualdad de puntos, tercer cotejo en cancha neutral.

Otra modificación interesante se dará en la acumulación de tarjetas amarillas. Hasta los octavos de final los jugadores serán suspendidos al contalibilizar cinco cartulinas de color limón. Pero desde cuarto en adelante se limpiarán y la tolerancia pasará a ser de tres.