Casilda mostró inactividad en torno al paro. El movimiento bajó notoriamente a causa de la falta de dependencias públicas y las grandes industrias. La única escuela que dictó clases fue la Michelangelo Buounarotti. Los comercios se mostraron abiertos a recibir a los consumidores e incluso, las estaciones de servicio también funcionaron aunque saben que no van a renovar su dotación de combustible si es que hoy se agota su stock. A la Municipalidad, concurrió el Intendente Juan José Sarasola, la subsecretaria Legal y Técnica Patricia Ferraretto y el Secretario de Planeamiento, Fernando Sambrailo. No hubo recolección de residuos ni tampoco atención médica a excepción de las guardias mínimas. En torno al transporte, no hubo colectivos y los taxis funcionaron aunque en un 50% en comparación a lo que indica su ritmo habitual. 

En Arequito, hubo nula actividad en las empresas metalúrgicas, no circularon camiones y los servicios públicos no fueron prestados. Sólo los comercios permanecieron abiertos. Los trabajadores de las empresas de la construcción pararon, pero aquellos que tienen obras esporádicas y se dedican a las changas, fueron a realizar sus respectivos oficios. 

Los Molinos tuvo un panorama similar. Efectores públicas y metalúrgicas no abrieron sus puertas aunque si lo hizo la Cooperativa Los Molinos y los comercios del pueblo. En Pujato donde más se resintió la actividad fue en la ruta, dado que no se vieron camiones en la sede de la Fiesta del Transporte del próximo fin de semana. Eso sí, los empleados comunales no dejaron de estar abocados a la organización de ese evento. Por su parte, en Chabás las cooperativas eléctricas y de Aguas sólo mantuvieron las guardias mínimas.