El caso del joven casildense con discapacidad que se quedó fuera de la Escuela Nº209 Dalmacio Vélez Sarsfield, sigue dando que hablar. Su madre pretendía que continuara sus estudios secundarios en ese establecimiento porque tenía una compañera que podía ayudarlo a la adaptación. Los directivos aseguraron que había cupo y finalmente se le abrieron la puertas en la Escuela Misericordia.

"No se dio como pretendíamos, nadie escuchó y no quisieron tener en cuenta ni siquiera una carta escrita por una compañera", manifestó la progenitora del adolescente. En un principio se habló de la posibilidad de integrarlo a la Escuela Nacional, aunque surgió un ofrecimiento espontáneo de los directivos de colegio ubicado en la esquina de Ovidio Lagos y Zeballos.

Ya tuvo sus primeras clases en los nuevo salones, a los cuales asiste tres veces por semana con una carga horaria reducida. En el establecimiento hay una vecina del barrio que lo está ayudando a conocerse con el ambiente. Para su madre, esto significa partir otra vez desde cero, entendiendo que ya había un camino construido de antemano.

En ese sentido, no se quedó callada y cargó contra quienes tomaron la determinación de dejarlo fuera de la escuela que habían escogido en primera instancia. Aseguró que le cuesta entender lo que pasó en el medio, porque incluso supo que desde la dirección de la Escuela Comercial llamaron a otro potencial alumno que tenía un número de sorteo más alto.