Hace frío y en Casilda el sol pinta de naranja el cielo cuando pasaron apenas unos minutos de la hora 7.30. Este jueves no tienen indicios de mutar, de ser diferente a otras jornadas. Pero la verdad es que no es así, es que en Buenos Aires y Díaz Vélez, a poco más de una cuadra de Bv. Argentino, Juan Cruz Caione, de 21 años, está preparando todo para ir a su primer día de trabajo.

Hasta el momento, nada es lo extraño, pero lo cierto es que consiguió esta posibilidad luego de devolver más de 177 mil pesos que encontró repartidos en cinco cheques tirados sobre la vereda, cómo olvidados por el tiempo y a unos cien metros de su hogar. La magia de los medios y de la radio, llegó hasta el oído del dueño de una famosa distribuidora local, que eligió el camino de la recompensa ofreciéndole trabajar para su empresa. ¿Habría una mejor forma de reconocer su accionar? El protagonista de la historia nos dice que no, muy convencido.

Juan es tímido, pero con el celular que oficia de grabador, apagado, nos cuenta un poco más de su vida. Cada vez falta menos para que la puerta de ‘Vía Imperial’ reciba al pibe más famoso por su honestidad, de las últimas horas en la región. Gladys, su mamá, está orgullosa, nos cuenta que así lo criaron junto a su marido, un hombre de laburo que hace un año y medio dejó este mundo. Agrega, emocionada y compungida,  que eso esperaban de “un buen chico como él”.

La situación económica de Juan Cruz y su familia no es la mejor y tener una chance en el mercado laboral es vista con más que buenos ojos. Cuado uno le agradece el gesto, se lo escucha decir: “No me puedo quedar con algo que no es mío”, contento con su manera de ver las cosas en un mundo acostumbrado de tantos golpes.

Está cerca, camina unos metros por la vereda de  Bv. Villada, artería en la que se localiza la firma que lo contrató. Se ríe, está tenso y tranquilo a la vez, o al menos eso es lo que expresa mientras también lo acompaña un móvil de la televisión abierta que, enterados de este gesto, se llegaron hasta la ciudad de Jorge Sampaoli o de Franco Armani, pero en busca de otro personaje.

 Se sigue riendo, dice que ojalá todo salga bien, que “lo bueno es haber encontrado trabajo…” Una y otra vez, esa frase quedó resonando en el aire, como rebotando entre los pocos que estamos ahí, hasta que un golpe seco nos dice que son las 8 am. El ruido, es del del portón que se abrió y corresponde al galpón que de ahora en más, albergará a Juan con sus tareas

La recompensa más positiva 

Todo empezó cuando un chico de la ciudad se acercó a Radio Casilda con cinco valores que no eran de él y que estaban listos para ser utilizados por quién los tenga en la mano. La novela que duró apenas unas horas, hizo que el mundo de un joven sin trabajo cambie por completo. Que las noticias, sean buenas al punto de difundirse tanto, como una foto indebida, o un comentario sin sentido.

Es por eso, que además de reconocer la decisión del joven, el agradecimiento público de Fernando, el hombre que perdió el dinero -y luego recuperó-, es necesario poner en conocimiento a aquellas personas que se decidieron por ir a buscarlo y asumir el compromiso de ofrecer un trabajo, en tiempos, donde todos contra todos, como alguna vez supo decir Eduardo Galeano.