Hace 15 meses las oficinas del Anses lucían renovadas, con mayor espacio y un circuito electrónico ejecutado por programadores que realizaron los diseños correspondientes para un funcionamiento acorde. Al día de hoy, hacer un trámite es una odisea.

En primer lugar, para los trámites más sencillos, incluso para pedir un simple formulario, también hay que pedir un turno. Es la de las pocas reparticiones que funcionan de esa forma a lo largo y a lo ancho del territorio nacional. En el resto, hay personal destinado a esas tareas.   

Lo que sucede en la ciudad es que de las cinco personas que fueron empleadas, tres de ellas tomaron licencia y no fueron reemplazadas, por lo cual hay sólo dos operarios para todos aquellos que esperan su momento entre las 7.15 y las 13.15. Los asistentes cuentan que hay entre dos y tres horas de atraso.

Por si fuera poco, hace una semana que el sistema de Anses a nivel nacional tiene desperfectos. Razón por la cual ni siquiera las consultas automáticas pueden realizarse y en las que actúa un empleado, se perciben notorias demoras.

No basta con armarse de paciencia, para irse feliz del Anses de Casilda, hay que comprarse tiempo. Testigo de eso son las dos personas que hoy por hoy, son todo el personal de la oficina casildense ya que deben quedarse varias horas más una vez cumplido su turno y así dejar lista la programación del día siguiente.