25 de Mayo y Buenos Aires es uno de los cruce con mayor afluencia de vehículos que tiene la ciudad en su radio céntrico. Y parece que atravesarlo se está transformando en una verdadera odisea. Ese sitió está marcado por baches pronunciados linderos a la vías del ferrocarril, trabajos sin terminar en las veredas y hasta falta de postes de iluminación.

Para los automovilistas que atraviesan el paso a nivel se hace prácticamente imposible no toparse con algún pozo. Los motociclistas y ciclistas suelen tener menos suerte, porque hasta los mismos vecinos aseguran ver caídas semanalmente.

Los peatones tampoco se la llevan de arriba, porque en las veredas hay dos agujeros tapados de forma provisoria. "Ese lo cubrí yo para que la gente no se lastime", dice un vendedor ambulante que ofrece tortas fritas en la esquina. El buen hombre señala una madera con dos ladrillos encima.

Evidentemente falta señalización en un cruce de cuatro manos, aunque también es necesaria la acción. La empres Nuevos Central Argentino, responsable del mantenimiento, no se hace cargo de los daños que causan las formaciones que transitan a diario por las vías. El municipio realizan reparaciones muy precarias. Mientras tanto, los ciudadanos son los que siguen pagando el precio del descuido.