Este 25 de noviembre se conmemora un nuevo día de la Lucha contra la Violencia de Género en nuestro país. La fecha fue elegida para recordar a las hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, mujeres activistas que fueron asesinadas en 1960 por una orden del dictador Rafael Trujillo, en República Dominicana. 

La historia cuenta que las hermanas regresaban de visitar a sus maridos que se encontraban detenidos y que fueron interceptadas por la policía. Las tres fueron ahorcadas y apaleadas y luego lanzaron el automóvil desde un precipicio para simular un accidente. Tenían entre 25 y 35 años y dejaron cinco hijos huérfanos. 

La historia de las hermanas Mirabal, "Las mariposas" como se las conoce entre quienes recordamos y valoramos sus luchas y sus vidas y aún sufrimos por sus muertes injustas, no es la única historia que ha tenido ese final.  

En nuestro país, de acuerdo a uno de los informes realizados por el Observatorio de Feminicidios en Argentina “Adriana Marisel Zambrano”, ocurre un femicidio cada 32 horas. Desde el primero de enero y hasta el 31 de octubre se registraron 227 muertes de mujeres de los cuales el 60% fue en manos de su pareja o ex pareja. 

Además, por estos femicidios, son 255 hijas e hijos, en su mayoría menores de edad, los que quedaron sin madres. De las familias y de las vidas que fueron arruinadas no se puede hacer ningún cálculo posible. 

Y hablar de números sirve para evidenciar una problemática, para argumentar y denunciar sobre lo que ocurre de manera sistemática en todo nuestro territorio pero no alcanza, ni nada alcanzará jamás, para explicar lo que vivimos las mujeres. Las que sufrimos la violencia de género directamente y las que indirectamente vivimos el dolor de manera colectiva. 

Porque el feminismo, entre tantas otras cosas, nos hermana para acompañarnos, para luchar juntas, para animarnos a pedir que termine todo esto y para exigir que quienes son responsables de terminarlo lo hagan de inmediato. El feminismo nos une de esta manera casi sanguínea, casi inexplicable y por eso estamos cansadas de llorar a una hermana cada 32hs mientras el mundo parece continuar sin sobresaltos. 

Hoy se conmemora un día de lucha contra la violencia de género pero la batalla es continua, es diaria y es también agobiante. Porque María Noelia fue quemada viva por su pareja en Rosario y Maru fue atacada brutalmente por su ex pareja frente a sus hijos en San Lorenzo y Nora fue asesinada a cuchillazos en una calle de Baigorria y a los femicidas no les conocemos las caras y a veces ni siquiera los apellidos.

El Estado tiene que hacerse responsable, debe aplicar políticas públicas que protejan y ayuden a las mujeres a salir de esas situaciones de violencia. Es inadmisible seguir sosteniendo esta situación y que sigan muriendo asesinadas mujeres que en muchos casos se cansaron de denunciar y de advertir lo que les pasaba. 

La violencia de género tiene múltiple causas y debe tener entonces múltiples soluciones también. Se deben promover y profundizar las campañas de prevención y crear y efectivizar programas de acompañamiento que funcionen y que den respuestas. 

Tristemente sabemos que no es algo que pueda resolverse a corto plazo y que esta lucha continuará siendo cuesta arriba pero no vamos a flaquear. Aunque el mundo no vuelva a ser el mismo porque ya no estamos todas, no pararemos hasta convertirlo en un lugar mejor para todas las que vendrán.