El fiscal Matías Merlo, a cargo de la investigación de lo acontecido el fin de semana pasado en Chañar Ladeado, explicó los pormenores de algunas horas agitadas que dejaron en evidencia al comisario que fue apartado de su cargo. Hay un registro de llamadas no atendidas en la dependencia policial que genera muchas dudas al respecto.

En primera medida, detalló el fiscal, fue el mismo ex comisario quien se comunicó con el teléfono de turno de la oficina judicial para avisar que un grupo de vecinos se iba a presentar el martes 13 de octubre en el Centro Territorial de Denuncias. Para dar cuenta de una fiesta clandestina en un bar.

Ante esta comunicación, se le ordenó al máximo referente de la policía chañarense que no era necesario esperar tanto y que debía actuar de oficio. Eso ocurrió el domingo. El pedido que se le hizo desde fiscalía era que llamara a los vecinos, tomara declaraciones testimoniales, revisara las cámaras de seguridad e identificara a los responsables. "Hasta ese momento la situación para nosotros parecía no presentar ninguna anormalidad. Pero el lunes recibimos un llamado de la Jefatura de Policía de Casilda", sostuvo Merlo.

A esa altura ya había surgido rumores que el comisario estaba involucrado en el evento y se le dio paso a la División Judiciales de la URIV del Departamento Caseros. Más tarde se comprobó que hubo registro de llamadas no atendidas por las fuerzas de seguridad locales, que coincidirían con las horas en las cuales se desarrolló el evento.

Ahora,  se investiga cual fue la participación que tuvo el personal policial en encuentro que causó un revuelo en el pueblo. Por lo pronto, el jefe fue desplazado y ya tiene reemplazante.