Un matrimonio de agricultores bigandenses podrían ser retirados del lugar que habitan hace décadas debido a la orden de desalojo que firmó el juez provincial Sergio Verdura. Quien falló a favor de la Fundación Honorio Bigand, la cual reclama el predio de seis hectáreas como parte del legado que dejó el fundador del pueblo. Sandra y Oscar, los involucrados, aseguran que van a resistir el desarraigo.

La disputa entre la mencionada organización, que asegura que utilizará las parcelas para “actividades benéficas y de bien público”, no es nueva. Sino más bien histórica. Desde el fallecimiento de la última heredera directa de Víctor Bigand, en el año 2004, se avanzó sobre la toma de unas 3500 hectáreas que le habían pertenecido a arrendatarios por más de una siglo.

Sin embargo, los productores originarios fueron cediendo ante la presión de la fundación y fueron abandonando el lugar. Un total de 27 familias ya no están allí. Claro está, con excepción del última matrimonio que resiste.

El punto en el cual se sustenta el reclamo de los colonos es que la organización no está respetando la última voluntad del dueño original de esas tierras. Que dictaba que no se debía afectar la situación de los productores pioneros.

En medio de esta lucha que lleva ya 17 años, y que incluyó reclamos denegados a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los afectados también han denunciado amenazas y desmanes contra su propiedad.