Increíble pero real. Trabajadores comunales de Los Molinos se encontraron con una desagradable sorpresa en las últimas horas de la semana laboral cuando recorrían las inmediaciones del cementerio del pueblo. Algún -o algunos- inadaptados se llevaron por lo menos cuatro canillas de las que estabas situadas en las columnas que recubren las bombas de agua. No es la primera vez en el año que ese lugar es blanco del vandalismo.

Las imágenes fueron rápidamente subidas a las redes sociales del gobierno molinense y la reacción de los pobladores fue desde la lástima hacia el repudio total. Únicamente quedaron los caños que van unidos a la parte de las bocas.

En diálogo con CasildaPlus.com, el mandamás local, Pablo Grgicevic, remarcó: "Lamentablemente es una situación a la que nos estamos mal acostumbrando. Cada vez se ve más abuso de los lugares públicos". Si bien aseguró que la idea es colocar canillas plásticas en su reemplazo, es algo que genera incomodidad.

El cementerio local estaba funcionando con horarios restringidos por la situación de pandemia que atraviesa todo el país, pero desde el Ejecutivo molinense habían tenido el buen gesto de dejarlo abierto prácticamente las 24 horas por las fechas que se dieron el fin de semana anterior -Día de los Santos y de los Muertos-. "Vamos a tener que volver a cerrar con una franja más estricta", adelantó el jefe de comuna.

Anteriormente el cementerio de Los Molinos se había quedado sin electricidad por el robo de los transformadores en un campo lindero. Lo más insólito de esa situación es que los ladrones tomaron "prestadas" las escaleras que se utilizan para llegar a los nichos más altos y todavía no fueron devueltas porque son parte del material probatorio que investiga esa causa. En cuestión de meses, el sitio se quedó sin escalares y sin canillas.