15 de enero del 2002. Todavía bajo los resabios que había dejado la extinta presidencia de Fernando De La Rua. Un país arrasado y empobrecido, con movilizaciones sociales que se replicaban por hartazgo. Casilda no fue la excepción. Pasada la media mañana de aquella jornada, se calcula que unos 10 mil pobladores tomaron las calles y arrametieron contra entidades financieras y del Estado. Hoy, se cumplen 18 años y el recuerdo todavía está fresco.

La crisis económica golpeó como nunca los bolsillos de los casildenses. La masa de gente ganó las calles en las arterias principales y se tradujo en el gran cantidad de desocupados, los bonos que se emitían para pagar sueldos y los deudores que se acumulaban en el Banco Nación.

Ese miércoles 15 de enero, el descontento tocó su punto máximo. Los enfurecidos vecinos eligieron como blancos a muchas entidades financieras, el API, Aguas Santafesinas y la EPE, arrojando objetos contundentes y teniendo enfretamiento con el personal policial. Las fuerzas armadas de la ciudad no pudieron contener los ataques, a tal punto que se convocó a las TOE que llegaron desde Rosario. 

Los medios nacionales llegaron hasta la ciudad para hablar del despertar de Casilda y se mencionó la posibilidad de que hubiera "infiltrados". Algo que quienes estuvieron al frente de la convocatoria todavía niegan rotundamente. Afirman que eran todos vecinos conocidos, con un descontento general y que incluso eran respaldados por el gobierno municipal de turno. Prueba de ello es que el Palacio no sufrió ningún tipo de disturbio en aquella acolarada tarde de enero.