A mediados del año pasado se daba prácticamente por hecho un acuerdo que los miembros de la Asociación Española habían alcanzado con una empresa constructora para levantar el mítico edificio de la esquina Buenos Aires y Ovidio Lagos. Lo es cierto es que el tiempo sigue corriendo y la fachada luce cada día más deslucida.

Quienes frecuentan cada día la zona pueden observar columnas despintadas, fierros oxidados y hasta vidrios rotos. Incluso se dice que el interior no es un lugar seguro porque corre riesgo de derrumbe. Los integrantes de la comisión ya habían advertido que era imposible un plan de salvataje con capitales propios, por eso optaron por un proyecto de fedeicomiso junto a una constructora rosarina que estaba interesada en levantar una edificación de corte más moderno. 

Por lo pronto, parece ser que el acuerdo encontró trabas burocráticas que impiden su normal desarrollo. De hecho, el presente mes sería el último plazo para encontrar una solución. De lo contrario, no habrá reestructuración posible.