El pasado fin de semana Casilda volvió a lucir como en la dorada décadas de los '70. Más de mil personas se dieron cita en la Escuela de Campo Coppari para disfrutar de un baile popular a luz de la luna llena. Una jornada superadora desde todos sentidos y que trajo grandes recuerdos a los fundadores de esta institución educativa.

El lugar ha ganado gran relevancia nuevamente gracias a la puesta en marcha de los ‘Caminos de la Ruralidad’. Que han hecho del trayecto mucho más transitable y amigable. Incluso ha servido para que la institución educativa duplique su matrícula.

El inicio de esta aventura se remonta a noventa años atrás, cuando la familia de Don Pocho Coppari donó una hectárea de su parcela para la construcción del núcleo rural. Su abuelo había emigrado desde Italia y falleció siendo analfabeto. Por tal motivo no quería de las futuras generaciones transitaran la vida sin algo tan esencial como saber leer y escribir.

En 1935 comenzaron con los trámites para que se pusiera en obras la escuela y en la década de 1940 se cristalizó. Gracias a la pavimentación de la Ruta S26 y el gran trabajo que se hay hecho en los dos kilómetros de ripio que ahora conducen a la escuela, el lugar ha recobrado la magia que nunca perdió.

Volvieron los bailes de los '70, con convocatorias impensadas. El sábado había disponibilidad de mil sillas para su alquiler y le volaron en cuestión de minutos. Familias como los Biaggini, los Bolondi, los Zorzenón y los Castelli estuvieron disfrutando de esas reuniones bien rurales y que tanto gustan a los hombres y las mujeres de campo.

El concejal Zarantonello junto a los fundadores de la escuela. Noche inolvidable.
El concejal Zarantonello junto a los fundadores de la escuela. Noche inolvidable.