La industria manufacturera pyme enfrentó un inicio desafiante en el año 2024, con una notable disminución del 30% en su facturación durante el mes de enero, en comparación con el mismo periodo del año anterior, según datos del Índice de Producción Industrial Pyme (IPIP) elaborado por CAME.

Este marcado descenso representa el segundo mes consecutivo de contracción en la actividad fabril, reflejando una tendencia preocupante. Además, en la comparación mensual desestacionalizada, se registró una caída del 9,1%.

Las empresas operaron a un 70,8% de su capacidad instalada, evidenciando un declive de 2,3 puntos porcentuales en relación con el mes anterior. Este retroceso se atribuye al deterioro del poder adquisitivo de la población y a la pérdida de competitividad en los mercados internacionales, especialmente para aquellas empresas con orientación exportadora.

Por otro lado, la disminución en la demanda de materias primas e insumos ha contribuido a reducir significativamente el número de industrias con problemas de reposición de stock, que pasó del 53,4% en diciembre de 2023 al 38,8% en enero de 2024.

En resumen, las industrias pyme se enfrentan a un panorama complejo en los próximos meses, con la rentabilidad industrial amenazada por varios factores, incluida la baja en el consumo debido al debilitado poder adquisitivo y la persistente inflación. Estos desafíos se ven exacerbados por el inminente aumento de tarifas de servicios públicos como la electricidad, lo que genera incertidumbre y riesgo para el sector.

A nivel sectorial, todas las ramas manufactureras del segmento pyme experimentaron fuertes caídas en comparación con el año anterior, destacándose los sectores de "Papel e Impresiones" (-41,7%) y "Químicos y Plásticos" (-35,6%).