De los 26 millones de votos afirmativos que hubo en el ballotage, fueron muy pocos los argentinos que optaron por camino de anular o votar en blanco. Un tema del que se habló mucho en la campaña y con figuras políticas que llamaban a no apoyar a ninguno de los dos bandos. Los votantes fueron más osados en el cuarto oscuro.

Según el recuento provisorio, hubo poco más del 3% de los votos que se anularon o se computaron como blancos. Cerca de 850.000 sufragios, que no tuvieron mayor influencia en el conteo. 

Si bien se especulaba con una gran cantidad de votantes indecisos, o bien que se habían quedado sin un candidato genuino en este ballotage, la elección volvió a mostrar otra vez una clara polarización en la urnas. 

El voto en blanco fue insignificante en el porcentaje total